Para aquellos que piensan que el fútbol son simplemente 22 personas corriendo detrás de un balón, que el fútbol es el opio del pueblo, que es simplemente un juego, no podríamos más en desacuerdo. Si esto es como entiendes el fútbol, es que no entiendes el fútbol en absoluto. Para nosotros el fútbol es una forma de vida, un lenguaje universal, un signo de esperanza, un unificador, una luz en la oscuridad, una tradición intergeneracional, una pasión. 

Es por eso que nos fuimos a Sant Pere Molanta, donde el equipo local de cuarta división catalana guarda un preciado tesoro, uno de los pocos campos de hierba natural que quedan en España. Fue en este paisaje paradisíaco donde organizamos nuestra primera pasarela, fruto de esa búsqueda de unir constantemente territorios que históricamente se han repelido. La asociación de la pasarela al lujo y del fútbol al pueblo hacen que nos situemos en un terreno que a priori no gusta a muchos, pero a nosotros nos apasiona: un equilibrio entre lo formal e informal, entre pasado y presente. El resultado es de algo muy cercano a nuestras raíces y nuestro corazón.